lunes, 23 de noviembre de 2009

Una polémica artificial sobre la “composición social de partido”


Por Jorge Sanmartino y Martín Ogando

27 de abril 2004

En la circular 152 y en múltiples discusiones orales se ha planteado que “la diferencia central que tiene el grupo de opinión” es que no quieren ir al movimiento obrero, que quieren dar cientos de rodeos y mantener al “viejo PTS de propaganda”. En los próximos días vamos a publicar una respuesta a la circular 152, sin embargo quisiéramos adelantar algunas cuestiones con respecto a la discusión sobre la composición social del partido. ¿Es este el eje del debate político con las posiciones que venimos expresando desde la circular 143? ¿Efectivamente el partido está cruzado por fuertes divergencias sobre la necesidad o no de ir al movimiento obrero? ¿Es este un debate genuino sobre las posiciones reales en discusión? Por supuesto que no. Consideramos que la mayoría del comité central (CC) ha establecido un eje de discusión creado artificialmente como instrumento para dar la lucha política contra la minoría. Una breve exposición sobre el desarrollo del CC, dónde presentamos nuestra plataforma, es suficiente para demostrar claramente que estamos frente a una polémica pre - fabricada donde la mayoría se desliza peligrosamente a la utilización del doble discurso. El pasado domingo 18 discutimos durante más de 13 horas la plataforma llamando a constituir un Grupo de Opinión. Las últimas tres horas de la sesión estuvieron cruzadas por un intercambio de planteos y propuestas para alcanzar una síntesis que impida un “fraccionamiento en la base”, según dijo la mayoría, cosa que finalmente no prosperó. Ante la difusión de versiones orales que relatan en forma tendenciosa el desarrollo de la discusión queremos aclarar cómo fueron los hechos tal cual se dieron:

1- En los primeros diez minutos del CC se destacó que no había problemas de principios ni de programa y se aprobó el documento y la constitución del Grupo de Opinión. A partir de ahí se abrió el debate político.

2- Durante 8 o 9 horas más de 25 intervenciones destacaron las diferencias con nuestro documento. Algunos de los miembros del CC sostuvieron que esas diferencias eran de un tenor tal que en realidad las transformaba en tendenciales. Finalizada la ronda de intervenciones el compañero Martín Ogando por la minoría realizó un racconto del documento e hizo una defensa del mismo. En internacional planteó que nos oponíamos a la concepción de centrismo cristalizado que se insinuaba en la carta de Albamonte y a la falta de política activa en la lucha por la reconstrucción de la cuarta internacional, sosteniendo las dos propuestas del documento: Conferencia Abierta, y la táctica de Conferencia juvenil anticapitalista. En el terreno de partido realizó una defensa de nuestra visión sobre los rasgos semiespontaneístas y luxemburguistas de nuestra concepción y práctica militante, lo que degrada el terreno específico de la política y dio como ejemplo tanto la falta de impulso en Neuquén del Movimiento Político de Trabajadores como también de nuestra política ultimatista hacia el MAS respecto a la formación de un bloque en el 2003. Puntualizó que la superación de los elementos del viejo grupo de propaganda de los ’90 implica la superación de los rasgos vanguardistas-espontaneístas, sectarios y obreristas, que han sido claramente señalados alrededor del balance de nuestra actuación luego de las jornadas revolucionarias. En ese terreno planteó que durante todo ese proceso resistimos con éxito todo tipo de presiones de la democracia burguesa y la pequeño burguesía, por lo cual poner ahora el alerta en los enormes peligros de degeneración era un debate artificial. Por último remarcó que era una falsa polémica con nuestras posiciones decir que somos “escépticos del movimiento obrero”, que no queremos “construirnos en la clase obrera” o que queremos “rodear a la clase obrera durante 10 años” ya que votamos absolutamente convencidos las resoluciones sobre movimiento obrero y las consideramos de fundamental importancia en el marco de las tareas preparatorias planteadas. Remarcó en este sentido que nuestra lucha política era contra una ideología obrerista, ajena al PTS, que plantea al movimiento obrero como salvaguarda contra la “degeneración pequeño burguesa” y que despolitiza el debate en curso.

3- Antes de que termine de intervenir, EA lo interrumpe diciendo que quería saber cuándo iba a terminar porque quería convocar a una reunión urgente de secretariado. Cuando termina de intervenir Ogando, Albamonte plantea en forma sorprendente que “no hay diferencias políticas” como para formar un grupo de opinión, que de acuerdo con la intervención de Ogando se puede esperar y discutir luego de la Conferencia internacional. El compañero M (Brasil) pide la palabra y repite el mismo argumento formalizando la propuesta de que no formemos el grupo de opinión (y que el documento no llegue a la base del partido) hasta que finalice la Conferencia de la FT. Nosotros sostuvimos que habíamos escrito más de 13 páginas sobre el debate internacional y que era un documento que debía leer toda la militancia y no sólo los delegados, así como todos los militantes de la FT tuvieron la oportunidad de leer la carta de EA (con la cual no coincidimos) o contribuciones de otros miembros del PTS. De cualquier manera pedimos un cuarto intermedio para pensar la propuesta.

4- De regreso propusimos una tercera propuesta: en pos de buscar y alcanzar la mayor cantidad de acuerdos y síntesis posibles y para no establecer una lucha en la base del partido, propusimos no constituir un grupo de opinión, sino bajar el documento a la base como minoría del CC sin organizar un grupo especial con nuestras posiciones. Se nos respondió que eso no existe en el marxismo, que bajar el documento a la base es lanzar una lucha fraccional. Nosotros respondimos que, a propuesta de Albamonte y Manes junto al Ejecutivo de la LIT en el año ’88, el CC del MAS les dio ese derecho a los mencionados compañeros. Es más, les habían ofrecido, a cambio de no organizar la tendencia, un acceso ilimitado en los espacios de los boletines de discusión y el derecho de ir a todos los equipos del partido y plenarios a defender sus posiciones e incluso designar a otros 4 o 5 militantes de su confianza y que compartan sus posiciones para que los ayuden en esa tarea. Y así los compañeros bajaron su documento como minoría del CC. Así que en el marxismo sí existió esa propuesta, realizada por los marxistas Emilio Albamonte y Hugo Manes. Los compañeros Albamonte y Fredy Lisarrague (también de la mayoría) sostuvieron que en esa oportunidad el MAS estaba en un pre congreso y que ahora no había pre congreso. Le respondimos que estábamos en un pre congreso abierto en la conferencia última para discutir balance, actualización de programa y estatutos. Se nos dijo que era “otro congreso”, que el documento nuestro tiene otros temas. Respondimos que eso era una formalidad, que era parte de la misma discusión y que decir eso era una maniobra. Por otro lado, desde que comenzó el debate con la publicación de la circular 143 se ha ido profundizando un fraccionamiento artificial, desde nuestro punto de vista alentado por la mayoría del CC. Los hechos siguieron escalando lo que llevó a que cuestionemos la forma en la cual la mayoría está dirigiendo el debate produciendo un alineamiento a priori de cuadros de nuestra organización no en base al debate político sino a los supuestos “métodos incorrectos” de la minoría, que en realidad les caben a la mayoría del CC. En esta situación una propuesta como esta permitía un desarrollo más sano para el debate.

5- Al ver que se quería impedir que todos los militantes del partido lean nuestro documento y como no se aceptó nuestra propuesta mantuvimos la formación del grupo de opinión. Se nos dijo que entonces éramos una fracción y que lo que queríamos era fraccionar al partido. Rechazamos eso porque significa que todo agrupamiento interno es considerado como algo fraccional y un peligro para la organización, con lo cual se niegan las diferencias y los agrupamientos. Que se entienda bien, las opciones que se nos presentaban eran: o no hacer público nuestro documento (por lo menos hasta que haya terminado la conferencia de la FT) o ser considerados por la mayoría una fracción. ¡Insólito!

6- Se nos vuelve a plantear un nuevo acuerdo, que bajáramos el documento a título individual, pero que aclaráramos que no había ningún tipo de agrupamiento en la base y que nosotros como parte del CC considerábamos expulsados a los militantes que se organizaran en reuniones especiales. Acordamos con esa propuesta, sostuvimos que bajábamos el documento, renunciamos a ser minoría del CC para plantear las cuestiones a título individual y nos plegábamos al repudio de quienes se organizaran en reuniones paralelas. Ya habíamos aclarado antes que no había tales reuniones, por lo menos de nuestra parte. La única reunión paralela fue la que vio Jorge Sanmartino cuando entró a un bar a dos cuadras del local central del partido y vio reunidos a compañeros del secretariado y un miembro del comité ejecutivo que corregían la Carta a la FT de Albamonte, mientras Sanmartino jamás pudo verla hasta después de ser girada a toda la FT. Sin embargo la propuesta de bajar el documento como miembros del CC fue modificada sustancialmente cuando Albamonte propuso que lo bajáramos diciendo “que las diferencias no eran suficientes para hacer un grupo de opinión”. Eso lo rechazamos, porque no sólo es absolutamente incoherente con el documento en sí, sino también con las intervenciones de los miembros del CC que, exagerando, dijeron que eran diferencias tendenciales y hasta que “es de otro partido”. Está claro que hay diferencias, que no son “fraccionales” pero que sí alcanzan el estatus de un grupo de opinión, que nosotros propusimos levantar en pos de alcanzar nuevas síntesis y desarrollar el debate político pero no aceptamos que eso sea al precio de no publicar el documento o de declarar que ese documento no es lo que es, es decir de faltar a la verdad.

7- Rechazado esto se propuso una reunión con las delegaciones internacionales de la FT con nosotros dos para insistir con dicha propuesta. Les explicamos a los compañeros nuevamente todo lo que venía sucediendo. Nos hicieron la misma propuesta que Emilio Albamonte, nada intermedio, nada que se presuma pueda ser una mediación, sino una extensión de la propuesta de EA de que digamos que “no hay diferencias para formar un grupo de opinión”. ¿Cómo puede ser que dirigentes revolucionarios nos pidan que digamos algo que está en contradicción con la realidad? ¿Cómo puede ser si esos mismos compañeros intervinieron en la discusión sosteniendo las graves diferencias que existían? ¿Por qué se pretendía que nosotros dijéramos eso? ¿Por qué no lo dicen ellos si lo piensan y nos obligan a decirlo a nosotros? Y decimos nos “obligan” porque si no aceptamos, como finalmente ocurrió, se nos volvió a decir que éramos una fracción, con el claro objetivo de separarnos artificialmente de la base del partido. No hubo mediación sino un ultimátum a la minoría, donde la FT no medió, sino que transmitió lo que ya había sido propuesto por EA.

8- Por último EA planteó “un último intento” para que no se forme el grupo de opinión. Dijo que encabezáramos el documento diciendo que estábamos totalmente de acuerdo con el eje central de la orientación de ir al movimiento obrero y cambiar la composición social del partido, y que partiendo de ese acuerdo teníamos algunas diferencias. Nosotros rechazamos esa formulación y pedimos 5 minutos para hacer una propia, como último intento para llegar a un acuerdo. Nuestra propuesta decía así: “Partiendo del objetivo estratégico de insertarse en los principales sectores del movimiento obrero, el PTS debe combinar en el próximo período un fuerte trabajo en sectores del movimiento obrero industrial y de servicios (alimentación, ferroviarios, transporte, siderúrgicas, telefónicos, etc.), con un audaz trabajo en la juventud y en los demás sectores de la clase trabajadora (como docentes y estatales) que nos permita dar pasos en un enraizamiento cada vez mayor en la clase trabajadora. Pero afirmamos que esto no alcanza, ni mucho menos, para impedir las presiones de la pequeña burguesía y la democracia burguesa, presiones que hay que combatir desde una lucha teórica, política y programática por el marxismo revolucionario y el internacionalismo proletario. Que una inserción en el movimiento obrero y de masas será posible en la medida que superemos nuestros rasgos vanguardistas-espontaneístas, obreristas y sectarios”. EA interrumpió en el medio de la lectura diciendo que eso era 50% y 50%, que empezábamos de nuevo, que entonces “no quieren ir al movimiento obrero”. Siendo así retiramos la propuesta y todos dimos por finalizado el CC.

¿La discusión sobre ir al movimiento obrero o no, es una polémica genuina o un debate artificial generado por la mayoría? Lo que llama la atención es que nos exijan que publiquemos el documento diciendo que no hay diferencias para formar un grupo de opinión y luego cuando formulamos el contenido del documento en una apretada síntesis nos dice que “no queremos ir al movimiento obrero”. Si poníamos que no hay diferencias sustanciales, ¿ahí si “queríamos ir al movimiento obrero”? ¿Somos escépticos del movimiento obrero de acuerdo a si aceptamos o no los ultimátum organizativos de la mayoría? Esto demuestra que desde el acta marco a esta parte se creó artificialmente un debate falso sobre “ir a la clase obrera” como actitud distraccionista de los verdaderos problemas que atraviesa el PTS, su estancamiento que no es de “cantidad” simplemente sino de calidad, y que para superarlo debe resolver positivamente sus rasgos vanguardistas-espontaneístas, sectarios y obreristas. No tenemos ningún escepticismo de la clase obrera, rechazamos la ideología obrerista que se le está imponiendo al PTS y la FT, obrerismo que es ajeno a las tradiciones de nuestra organización que rompió hace tiempo con el morenismo. Debatiremos con esas posiciones en un próximo documento. La existencia de bloques políticos y de diferencias no puede significar ni un peligro para el partido, ni una “fracción” o ruptura partidaria. Es simplemente una diferencia política que la realidad podrá saldar en el próximo tiempo.


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